Época medieval andalusina

Aunque el siglo VIII marca la entrada de los musulmanes en la Península y el nacimiento de Al-Andalus, las primeras noticias sobre la presencia islámica en Xàbia se sitúan a finales del siglo X o principios del XI.

A partir de ese momento y hasta la conquista feudal de mediados del siglo XIII, el actual Termino presentó un tipo de poblamiento semejante al que se había producido en época romana.

Se trataba de pequeños asentamientos que corresponderían a explotaciones agropecuarias con una notoria concentración en el área del Pla, especialmente sobre la vertiente norte de la sierra dels Tossalets, pero siempre en cotas inferiores a los 40-35 metros s.n.m.: el Rodat, el Tossalet, l'Atzúbia, el Rebaldí, Capsades. Fuera de esta área, el poblamiento muestra una distribución más irregular:Tarraules, Lluca, Cansalades, Benimadrocs, la Vall, etc., pero con una tipología y función semejante a la de los anteriores asentamientos. Elemento característico de muchos de estos yacimientos es la presencia de "pouets de moro", silos de boca circular de 50/60 cm. de diámetro y cuerpo de forma ovoide o piriforme de unos 150 a 160 cm. de profundidad y 150 a 200 cm. de anchura máxima, que eran excavados en la roca de "tap". Estas estructuras servirían para guardar y al mismo tiempo proteger las cosechas, conociendo en algún caso, como es el Rebaldí, concentraciones de más de una decena de "pouets".

De entre todos estos yacimientos destaca el de les Capsades, pequeño asentamiento en el que todavía se conserva el basamento de una torre cuadrangular y junto a ella los restos de una casa y un horno, estructuras que estarían en uso entre finales del siglo del siglo XI y la conquista cristiana. Otro yacimiento importante, ahora destruido debió ser la necrópolis de Cap de Martí, cementerio de donde provienen dos inscripciones fragmentadas.

En el museo se conservan y se exponen piezas cerámicas de este momento, mayoritariamente de cronología tardía, que corresponde a ajuares domésticos.

Se generaliza en esta época el uso de las cerámicas barnizadas, junto con cántaros y otras piezas que presentan, en muchos casos, una decoración con motivos pintados con óxido de manganeso. Una forma cerámica característica de la época andalusina son los cangilones o "arcaduces", recipientes utilizados en los mecanismos de las norias para sacar agua para el riego, uno de los muchos ingenios e innovaciones introducidas por los musulmanes en las técnicas agrícolas. Las dos piezas que aquí se muestran provienen de les Capsades.