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El Ayuntamiento de Xàbia duplica los autobuses para bajar a la Granadella en las horas punta

13 jul 2017

El Ayuntamiento de Xàbia ha reforzado el sistema de transporte público que ofrece desde este verano de forma gratuita para bajar a la cala Granadella, un espacio que tiene el acceso restringido a vehículos a motor durante el día para evitar su saturación y el caos que podría derivarse tras el cierre forzado por la Confederación Hidrográfica del Júcar del barranco que hasta ahora se utilizaba como aparcamiento. Desde el día 3 de julio y hasta el 31 de agosto, hay una barrera de control en la carretera a la cala que impide el paso a coches y motos desde las 10 a las 19 horas. A estos se les emplaza a dejar el vehículo en un parking habilitado entre la carretera de La Guardia y la calle Parpallo y desde allí bajar en el autobús gratuito a la cala.No obstante, tal y como se aseguró desde el ejecutivo, se ha estado pendiente durante los primeros días de puesta en marcha del sistema para ajustarlo a las necesidades que se detectaran. Así, desde mañana viernes 14 de julio habrá dos autobuses durante las horas punta (de 12 a 14 horas) para dar un mejor servicio a los bañistas, ha explicado la concejala de Servicios, Kika Mata. Este refuerzo permitirá también que el servicio se preste de forma ininterrumpida durante todo el día.Otro cambio será que a partir de las 18’30 horas se levantará la barrera de control para así que los bañistas que deseen prolongar su jornada de playa puedan subir a por sus coches y bajarlos para tener libertad de horario de vuelta. Dentro de la vocación de flexibilidad, hay permanente comunicación entre los trabajadores que controlan la barrera y la Policía que está a pie de playa, por lo que si se detecta que hay parking vacío (en las calles Pic Tort y el solar del antiguo cuartel de Carabineros), se permite bajar a los coches hasta que se agota las posibilidades de parking. Dejando de lado algunos días de la pasada semana en los que las malas condiciones del mar y una jornada de tormentas distorsionaron el ritmo real de la playa, los resultados de esta medida proteccionista están siendo positivos, tanto para los residentes en la zona como para bañistas que han trasladado su opinión al Ayuntamiento, destacando la buena experiencia que es estar en la Granadella sin la saturación de los últimos veranos.