4 - Cultura ibérica

LA CULTURA IBÉRICA

Entre los siglos VIII y VI antes de nuestra era, se producen en las comunidades del Bronce Final / Tardío de  nuestro ámbito geográfico una serie de cambios, en gran parte determinados por las influencias  fenicias y del sur peninsular, que darán paso hacia finales del siglo VI y principios del V a la Cultura Ibérica. El final de esta  etapa, vendrá marcado por la conquista y romanización de la península iniciada a finales del siglo III antes de nuestra era. A partir de ese momento, la fuerte influencia romana trastocará y acabará por hacer desaparecer las características  más importantes del mundo ibérico.

Los pueblos ibéricos, son creadores de la primera gran civilización peninsular. Se extenderán desde Andalucía hasta el  Llenguadoc, siendo las tierras valencianas uno de los territorios en los que esta cultura presentará sus características más peculiares. Tres pueblos ocuparon de sur a norte el actual territorio valenciano: contestanos, edetanos e ilercavones.
Estos territorios se organizarían como pequeños estados, de límites imprecisos,  con capitales, ciudades y pueblos de diversa importancia. Muchos de estos poblados, con urbanismo bien planificado, estaban cercados por grandes murallas y otros elementos defensivos construidos en piedra.
La economía ibérica fue fundamentalmente agrícola y ganadera. Los cultivos más importantes serian el trigo y la cebada, pero también otros como la vid, el olivo, las leguminosas, y otras especies cultivadas o silvestres.
Esta nueva cultura aportará grandes novedades en todos los campos. Se generaliza el uso del torno en las cerámicas, con vasos en muchos casos con decoraciones pintadas que muestran un rico repertorio de motivos geométricos, vegetales y  figurativos, con escenas domesticas y cotidianas, bélicas o de su mundo simbólico y religioso.

También ahora se introduce y se generaliza la metalurgia del hierro, con un variado utillaje agrícola, bélico, y de toda clase.
Los iberos, serán el primer pueblo peninsular que utilizará un alfabeto propio para escribir su lengua, idioma preindoeuropeo con algún parentesco con la lengua vasca, que los investigadores han conseguido leer, pero que todavía no han podido descifrar.  
En un momento avanzado, en el siglo III a.n.e., aparecen las primeras monedas íberas. Estas acuñaciones, en plata y cobre, aparecen cuando ya  Emporion, Gades, Ebusus y los cartagineses hacia algún tiempo que emitían moneda a la península. Las principales cecas ibéricas valencianas fueron las de Arse (Sagunt) y Saiti (Xàtiva).
Una característica específica de esta cultura es el mundo funerario, con necrópolis de incineración situadas fuera de los poblados. El ritual ibérico exigía la cremación del cadáver, las cenizas del cual eran recogidas dentro una urna cerámica que después era enterrada junto a diversas piezas de ajuar.
De la religión ibérica son pocos los datos conocidos. Se han localizado templos en algunos poblados y  santuarios, situados en cuevas o en las cimas de montañas, lugares en los que los devotos llevarían ofrendas. También muchas de las manifestaciones artísticas ibéricas, como la escultura, la pintura (sobre cerámicas) y la orfebrería, nos muestran divinidades i monstruos de su complejo mundo de creencias.

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