13 - Villa

La villa de Xàbia: historia urbana

La villa de Xàbia es uno de los conjuntos urbanos más interesantes y mejor conservados de la Marina Alta.  Situada sobre un suave cerro de margas blanquecinas miocenas, presenta un desnivel máximo de poco más de veinte metros entre el Portal del Clot –entrada sur/este de la villa– y la calle Tossal de Dalt, al nordeste. Sus calles, estrechas y rectilíneas, dibujan una trama casi ortogonal que solo se ensanche alrededor de San Bartolomé y el viejo Ayuntamiento.
Xàbia es una fundación feudal creada después de la conquista de Jaume I. En el siglo XIV ocupaba una superficie aproximada de 4,3 ha. A principios del siglo XVI, la villa definida ya por las actuales rondas,  sobrepasaba las 6,6 ha de superficie. Rodeada por murallas que impedían su crecimiento, a partir del siglo XVII, pero sobre todo durante los siglos XVIII y XIX, el pueblo se ensancharse fuera del recinto amurallado. Aparecen ahora los arrabales, el más antiguo y más importante fue el del Convent, surgido alrededor del convento de los Mínimos, edificio levantado a partir del 1616.  También en otro extremo de la villa irá consolidándose el arrabal de la Mar, y un poco más tarde aparecerán el arrabal de Sant Jaume y el arrabal de Baix.
El conjunto urbano de Xàbia conserva, además, un rico patrimonio arquitectónico. Destaca la iglesia-fortaleza de Sant Bertomeu, construida a partir del siglo XIV, con la  gran nave tardo-gótica levantada por Urteaga añadida a principios del siglo XVI, las sacristías del XVI y XVIII, y la capilla de la Comunión de 1844. La función militar y defensiva del edificio queda manifiesto con los matacanes, aspilleras  y almenas (ahora desaparecidas) que ocupan la planta superior. También a la calle d'Avall se conserva la capilla del  antiguo hospital, de principios del siglo XVI, de estilo gótico tardío con unas magníficas bóvedas de crucería.  También la arquitectura civil ofrece muestras muy interesantes, con edificios de los siglos XV-XIX reflejo de las marcadas diferencias sociales y las diversas corrientes arquitectónicas. Destacan el edificio del Ayuntamiento, de la segunda mitad del siglo XVIII –que conserva una parte del antiguo cementerio medieval–, el palacio de los Sapenas, que conserva la fachada y algunos elementos originales de finales del siglo XV y la casa de Bolufer, de la segunda mitad del XIX, ambos situados delante de Sant Bertomeu;  el palacete de Banyuls, sede del museo, levantado en la primera mitad del siglo XVII; la casa de les Primicies, edificio gótico que fue profundamente transformado en la segunda mitad del siglo XIX, y los numerosos edificios dispersos por las calles de la villa, especialmente por la calle Major, En Grenyó, Roques, Estret, Caterina Bas y otras calles.

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