Madera

Los trabajos con la madera

La madera ha sido y todavía lo es, una materia de uso común. Sus características de resistencia, talla y versatilidad,  han hecho  que sea un material imprescindible para el mundo rural, donde ha sido muy utilizada.
El oficio que tradicionalmente se ha encargado de los trabajos con la madera ha sido el de carpintero. Con sierras, cepillos, guillames, martillos, berbiquíes, barrenas y otros útiles, se elaboraban  elementos para la construcción de los edificios,  para el  mobiliario doméstico y muchos otros objetos.     
La diversidad de los trabajos que se realizaban,  hizo que aparecieran técnicas y oficios específicos, que tenían, la madera como material básico: ebanista, tonelero, calafate o carpintero de ribera, carretero o maestro de azuela y otros.

El carreter se ocupaba de la construcción de los carros. Su trabajo era muy diverso, compaginando las faenas de carpintero con las de herrero. Eso suponía, que estos artesanos trabajaban también el hierro, material imprescindible para muchos elementos del carro. En Xàbia,  los dos últimos talleres en funcionamiento fueron el de Clarí y el de Bou, que fue el último que funcionó y de donde provienen algunas de las piezas que aquí se exponen.
En la construcción del carro hay unas partes fundamentales: las ruedas, las barras y la caja. Otros elementos como  la telera, el cabeçal, el freno, la travessanya, la sorra, etc. eren accesorios.

Aunque los carros se hacían siguiendo las indicaciones de quien lo encargaba, los labradores utilizaban unos carros con unas medidas más o menos semejantes  de aproximadamente 320 cm. de longitud máxima (caja y barras) y una anchura de 142 cm. Las ruedas presentaban unos diámetros entre 116 y 120 cm.   
El calafat  era otro de los oficios que utilizaban la madera como materia base para sus construcciones que en este caso eran las barcas. En otros lugares, estos artesanos son llamados carpinteros de ribera, restringiéndose la denominación de calafate para la faena del calafateo de las barcas, que consistía en introducir estopa de cáñamo o algodón, engrasada con creosota, entre las tablas de la nave para que no le entrara agua. En nuestra comarca, los calafates eran los responsables del diseño, ejecución y reparación de las embarcaciones.
El trabajo comenzaba con el tratamiento y preparación de la madera en el taller, donde se limpiaba y se ponían substancias para aumentar su duración. Después, con los patrones o plantillas de la embarcación escogidos, iban recortándose las piezas. La quilla era el primer elemento que se colocaba. De ella surgían las cuadernas que constituían el esqueleto, que se completaba con la  colocación de la roda y contraroda en proa y el codaste en popa. Después, la estructura iba forrándose con las tablas que se ajustaban a las cuadernas, y se remataba la obra con la construcción de la cubierta. La última faena era el calafateo con estopa, con lo que se impedía la entrada de agua por las juntas, que se impermeabilizaban  totalmente cuando se hinchaba la barca ya dentro del agua.
El último calafate de Xàbia, el taller de Ros, estuvo en activo hasta finales del siglo XX. Pero la tradición en la construcción de  embarcaciones arrancaba del siglo XIX, cuando los grandes veleros como el Pepe Tono fueron armados en la playa de la Grava por los calafates Marí y Jaume de la Tabaira.

Descargas